Después de la derrota definitiva de Napoleón Bonaparte se instauró el Congreso de Viena, una conferencia internacional convocada por el canciller austriaco Klemens Wenzel Nepomuk Lothar von Metternich (1773-1859) para restablecer las fronteras de Europa en beneficio de Austria que pudo recuperar todos los territorios perdidos desde la Revolución Francesa (excepto Bélgica). Además todos los soberanos fueron restituidos a sus tronos y se redujo a Francia a sus antiguas fronteras. Este largo Congreso se reunió desde el 1 de octubre de 1814 hasta el 9 de junio de 1815. A partir de ese momento, Viena encabezada por el canciller austriaco se convertiría en el eje de la política de la Europa continental durante los siguientes 30 años. Según la leyenda, los cancilleres se dedicaron a la cocina como una forma de diversión entre las largas esperas que sucedían entre una conferencia y otra. Metternich, que era un gastrónomo, inventó esta receta durante uno de esos descansos.
Ingredientes para 4 personas:
4 chuletas de ternera de unos 200 g cada una. La carne de ternera procede de una vaca de seis meses de edad, que ha alcanzado un peso promedio de 135 kgs. Esta tierna carne tiene un color blanco-rosacero. La chuleta es la parte cercana a las costillas del animal.
2 cucharadas de harina
2 cucharadas de pan rallado
1 cucharada de mantequilla
6 cucharadas de aceite de oliva
2 huevos
½ cucharada de perejil picado
sal y pimienta recién molida
Preparación:
Golpear las chuletas con un mazo de cocina. Salpimentar, enharinarlas sacudiéndolas para quitar el exceso de harina y pasarlas por el huevo batido y luego por el pan rallado presionando con los dedos para que se impregnen bien. Calentar el aceite en un sartén y poner las chuletas sin moverlas hasta que comience a aparecer la sangre, entonces darles la vuelta y dejarlas freír por tres minutos aproximadamente. Escurrirlas, untarles con un poco de mantequilla mezclada con el perejil finamente picado y servirlas muy calientes.
Grandes Recetas de la Cocina 