Esta sencilla y sabrosa receta evoca los tiempos del Rey Luis XIII, el Cardenal Richelieu y María de Medicis. Es un plato fuerte, que combina los sabores del queso con el vino, muy al uso de oficiales espadachines y obispos intrigantes del siglo XVII, que rivalizaban por el favor del rey de Francia y su ministro y consejero el Cardenal Richelieu.
Receta para 6 comensales:
1 botella de buen vino blanco seco
1 k. de cebollas
1 cucharada de harina
5 c.c. de Armagnac
1 bagueta de pan
60 gr. de queso Gruyere rallado
50 gr. de manteca de cerdo
sal y pimienta
1 litro de agua
Hierva el agua en una cacerola grande. Agregue la sal y la pimienta. Pique las cebollas y dórelas ligeramente en un sartén con la manteca de cerdo. Cuando estén doradas y transparente agregue la harina espolvoréandola. Mezcle dejando cocinar algunos instantes removiendo. Agregue esta mezcla al agua junto con el vino y dejela cocinar por 20 min. Al final de la coción se agrega el Armagnac.
Muela el Roquefort con un tenedor dejándolo como una pasta. Extiéndalo sobre las rodajas de pan. Ponga en una fuente de barro una primera capa de rodajas de pan con queso y agregue el caldo bien caliente hasta cubrir completamente, luego agregue otra capa de pan con queso y cubrala con el queso Gruyere rallado. Finalmente, gratine durante 8-10 min con la puerta del horno abierta.
Se dice que cuando este plato se acompaña de un buen vino se logra escuchar las discusiones y enfrentamientos de los mosqueteros del rey, los cadetes de Gascuña y la guardia del Cardenal, y con un poco de suerte, a Dártagnan narrando sus mentiras.
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